Friday, July 29, 2005

ANTONIO A. MONTEIRO (31/05/1907-29/10/80), por Edgardo Luis Fernández Stacco


Se cumplirán proximamente veinte años de la partida de don Antonio Monteiro. Creemos entonces que es apropiado el homenaje que la Unión Matemática Argentina le tributa en su Reunión Anual, junto al que brinda a dos destacados matemáticos argentinos, Orlando Villamayor y Alberto P. Calderón.
Su vida estuvo signada por el desarraigo, motivo por el cual emprendió, en donde estuvo, obras que lo trascendieran.
Nace en Angola, en donde su padre formaba parte del ejército colonial portugués. Realiza sus estudios secundarios en el Colegio Militar en Portugal. Estos dos hechos marcaron significativamente la vida de Monteiro.
Por una parte, su profunda vocación democrática, opuesta a toda opresión e intervencionismo militar, y por otra parte su solidaridad con la lucha de los pueblos por su independencia, principalmente de los africanos, ya que él se consideraba uno más de ellos.
Se graduó de Licenciado en Matemática en 1930 en Lisboa. Podría afirmarse que la matemática pura no era cultivada en Portugal, y por lo tanto las escuelas superiores se limitaban a preparar profesores para las escuelas secundarias o técnicas. Fue en esta atmósfera, enormemente agravada por la opresión de la dictadura y la guerra civil en España y la segunda guerra mundial, que Monteiro, sin poder participar en la enseñanza oficial, hace entrar un poco de aire fresco, impulsando decididamente la matemática en Portugal.
Se había graduado en París, en la Sorbonne, en 1936, con una tesis dirigida por Maurice Fréchet, bajo el título "Sobre la aditividad de los núcleos de Fredholm". Fundó la revista PORTUGALIAE MATHEMATICA en 1937 ya de regreso en su país, en donde publica su tesis, y con la cual comienza su magnífica carrera de fundador de revistas, gestor de notas de seminarios y cursos, formación de grupos de estudio y formación de discípulos.
En esos años desempeña sus tareas sin remuneración (1938-1943), y gana su vida dictando clases particulares y en un "servicio de inventariado de la bibliografía científica existente en Portugal". Estas dificultades no impidieron que creara el Seminario de Análisis General en Lisboa (1937) y en 1940 cofundara la SOCIEDAD PORTUGUESA DE MATEMATICA y la revista GAZETA MATEMATICA, destinada a los estudiantes universitarios.
Crea el CENTRO DE ESTUDIOS MATEMATICOS, como parte del Instituto para el área cultural.
Se reunía con sus amigos durante las tardes o las noches en los bares, para discutir la marcha de las revistas y para planificar la actividad matemática. En una atmósfera opresiva y policial como la salazarista, todas estas actividades eran sospechosas. Vendían la revista a los parroquianos para su financiamiento. El bar de sus reuniones llevaba el nombre de El Vermelhino (algo así como el rojillo), lo que en parte denunciaba la ideología de la mayoría de sus integrantes.
Continuamente impulsa a los becarios a publicar sus trabajos, muchos de los cuales se generan en el Seminario de Análisis General. También induce a los estudiantes a dirigirse a centros matemáticos de excelencia, ocupándose de aconsejarlos y ayudarlos a conseguir becas u otros medios de subsistencia. Mantuvo abundante correspondencia con Fréchet, antappié y Severi, quienes visitaron en distintas oportunidades el Centro.
En 1941 contribuye decisivamente a fundar el "Centro de Estudios Matemáticos de OPORTO".
En los Centros se realizan exposiciones sistemáticas de temas que interesaba divulgar. La clara visión de la urgencia del trabajo verdaderamente constructivo en Portugal, su incansable iniciativa y sobre todo su entusiasmo y determinación en la tarea eran perceptibles y contagiosos (H. Ribeiro).
Y continúa (H. Ribeiro): Fue a partir de estos seminarios, que llegaron las primeras publicaciones en canje. Hausdorff (1914) estudió los espacios métricos, Fréchet (1926) publicó Les espaces abstraits y Sierpinski (1928) dio a conocer su Introducción a la Topología General. En contraste con la explosión de hoy, la matemática se desarrollaba mas lentamente, y aprendíamos a conocer mejor nuestras deficiencias, nuestro aislamiento y lo paupérrimo de nuestras bibliotecas. En las discusiones de los seminarios, Monteiro proponía problemas, observábamos como intentaba resolverlos, intentábamos contribuir y poco a poco aprendíamos a avanzar por nuestros propios medios. Comenzábamos a preparar para la publicación los resultados (necesariamente elementales) de nuestro trabajo. Nunca conocí a alguien que, para nuestro nivel en ese momento, fuese tan eficiente en la promoción de los jóvenes.
Hasta aquí la referencia de unos de sus discípulos Hugo Ribeiro. Lo hemos citado ya que Monteiro mantuvo esta actitud generosa durante toda su vida.
Su actividad en Bahía Blanca fue un calco, como veremos, de la que acaba de sintetizar Ribeiro.
En 1943 es invitado para dictar la cátedra de Análisis General en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Brasil (hoy, Universidad Nacional de Río de Janeiro). Para este cargo fue recomendado por Albert Einstein, John von Neumann y Guido Beck. Antes de hacerse cargo, funda en Portugal la ¨Junta de Investigaciones Matemáticas", junto con Aureliano Mira Fernándes y Ruy Luiz Gomes, la cual inicia la publicación de los "Cahiers d’Analyse Générale".
Ruy Luís Gomes y Luís Neves Real, que fueron sus colegas, recuerdan que antes de partir hacia Brasil dejó en Oporto un mensaje notable, el que da una medida de la altura del pensamiento del hombre cuyo talento iban a aprovechar otras tierras y que la suya no supo aprovechar. En una entrevista radiofónica, decía Monteiro: "Ser investigador es un deber de todo ciudadano consciente de sus responsabilidades para con la sociedad, porque ser investigador es adoptar una actitud crítica, frente a la vida y al conocimiento, para arribar a nuevas conclusiones.
Pero es claro que para investigar, en ciertos capítulos de la ciencia, es necesaria una preparación especial, un largo entrenamiento, una escuela.
Las universidades tienen en este aspecto, un papel importante a desempeñar, más para eso es necesario que la enseñanza no se base exclusivamente en la transmisión de los conocimientos, esto es, que no sea solamente una enseñanza erudita, y por lo tanto estéril e infecunda.
Existen, en realidad, investigadores sin cualidades para la enseñanza, pero ningún profesor podrá iluminar sus lecciones con colores vivos, si no ha vivido los problemas que trata, si no ha investigado en la disciplina que profesa. Se hace imprescindible coordinar la actividad de las Universidades y de los Institutos de Investigación con el objeto de aumentar el rendimiento de la producción científica y facilitar la formación de cuadros de investigadores. Para desarrollar y actualizar la cultura matemática portuguesa, en condiciones que garanticen la continuidad y eficiencia de la obra a realizar, es necesario subordinar esa tarea en un marco trazado con amplias perspectivas.
Los matemáticos portugueses conscientes de sus responsabilidades para con el país y su cultura, deben unirse para la realización de misiones que el deber les impone.
El 4 de octubre de 1943, un grupo de investigadores portugueses fundaron la Junta de Investigaciones Matemáticas, y definieron sus principales objetivos en los siguientes términos:
Promover el desarrollo de la investigación matemática;
Realizar los trabajos de investigación necesarios para la Economía de la Nación, y el desarrollo de las otras ciencias;
Sistematizar y coordinar la preparación de los matemáticos portugueses;
Vincular el movimiento matemático portugués con el de otros países y, en especial, con el de los países ibero-americanos.;
Despertar en la juventud estudiosa portuguesa el entusiasmo por la investigación matemática y la fe en su capacidad creadora;
Los actuales investigadores invitarán a todas las personas interesadas a ingresar en esta asociación.
Crear las bases fundamentales para el perfeccionamiento y actualización de nuestra cultura matemática es una tarea gigantesca que solo puede ser realizada por voluntades disciplinadas que sepan subordinar el interés individual al interés colectivo.
Cuando los matemáticos portugueses, sin que se lo solicitaran, sin que fueran presionados, mas animados por un gran deseo de servir a la Nación, fundaron la Junta de Investigación Matemática, le decían al país: para cumplir con nuestros deberes, estamos presentes!"
Esta transcripción de algunas de sus memorables palabras, es la forma más elocuente de evocar todo el espíritu de la lección que Antonio Monteiro dejó en esos momentos a sus colegas y discípulos de la Universidad de Oporto, del entusiasmo que lo animaba, de la amplitud de sus concepciones y de la actualidad que conserva, después de 57 años, este verdadero manifiesto!
LA INFLUENCIA DE ANTONIO MONTEIRO EN EL DESARROLLO DE LA MATEMATICA EN BRASIL.
Monteiro llegó al Brasil en 1945, para trabajar en Río, en la Facultad de Filosofía. Leopoldo Nachbin, otro de sus destacados discípulos, nos dice:
"En esos tiempos, la Facultad era el principal centro matemático de Río, que había iniciado sus actividades en 1939. Monteiro ciertamente mantuvo y acrecentó el nivel matemático y sus actividades. Por entonces, el principal centro matemático de Brasil se encontraba en San Pablo, que había comenzado sus actividades en 1934."
Y continúa: "Aunque yo lo observo hoy en día a Monteiro como un lógico-matemático, de sangre y corazón, era un analista también de sangre y corazón cuando llegó a Brasil. Así, sus cursos principales y seminarios, estaban dirigidos hacia la Topología General, los Espacios de Hilbert, el Análisis Funcional, y también los Conjuntos Ordenados, los Reticulados y las Algebras de Boole. Para mí fueron reveladoras las clases de Monteiro, explicando en detalle el teorema de representación de Stone de un álgebra de Boole a través de los subconjuntos abiertos y cerrados de un espacio de Hausdorff compacto totalmente disconexo, algo entre el álgebra y la topología general, lo que en esos tiempos era bastante inesperado, aparte de su intrínsica belleza. Si menciono esto explícitamente es porque una de las principales actitudes hacia la matemática de Monteiro era la de enfatizar, en su enseñanza e investigación, la unidad de la Matemática".
Durante la permanencia en Río, Monteiro tuvo estrechos contactos con André Weil, invitado a San Pablo entre el 45 y el 47, Oscar Zariski, durante el año académico de 1945 y Jean Dieudonné, quien estuvo dos años, 1946 y 1947.
Con Dieudonné había trabado relación en París, asistiendo a los inicios del después famoso grupo Bourbaki. Monteiro inició en 1948 la publicación de una serie de Monografías, bajo el nombre de NOTAS DE MATEMATICA. El primer trabajo publicado fue precisamente uno de Leopoldo Nachbin. Durante 25 años, desde 1948 hasta 1972, los volúmenes 1 al 47 fueron publicados en Río de Janeiro. Desde 1973, con el volumen 48, se inicia la publicación en Holanda, por la Editorial North Holland, y como resultado de ello la reputación de la serie creció considerablemente.
Leopoldo Nachbin, lo recuerda así: "Monteiro fue una persona sumamente dinámica y un maestro insuperable en el pizarrón. Tenía gran paciencia y deseos de ayudar a los estudiantes, tanto a los mejores calificados, como a aquellos no tan promisorios pero interesados en la matemática. Le debo varios de mis principales logros, en mi entrenamiento y en mi carrera, teniendo a Monteiro como tutor. No voy a dar detalles aquí; es suficiente que exprese globalmente mi gratitud a Monteiro, por su influencia cuando era joven y sin experiencia, tanto desde el punto de vista matemático, como desde el punto de vista sicológico y político. Monteiro siempre me prestó un gran servicio, protección e iniciativa. Nuestra amistad no fue afectada por las adversidades de la vida".
Monteiro llegó a Río con un contrato por cuatro años. Sin embargo, en virtud de su oposición abierta a la dictadura de Salazar en Portugal, la Embajada de Portugal en Río de Janeiro, por entonces la capital del Brasil, influyó para que el Rector de la Universidad no le renovara el contrato en 1949.
Como consecuencia de ello, Monteiro y su familia debieron partir una vez más, esta vez a la Argentina.
EL DR. ANTONIO MONTEIRO EN LA ARGENTINA.
Llega a la Argentina en 1950, contratado por la Universidad Nacional del Cuyo. Su primer destino fue la Facultad de Ingeniería de San Juan, por recomendación de don Julio Rey Pastor. Produce entonces los primeros cambios en la enseñanza de la Matemática, enfocándola desde un punto de vista moderno, tarea que había comenzado Pedro Pi Calleja.
Fue fundamental en esta etapa la acción del Dr. Juan Nissen que mantuvo con Monteiro una estrecha relación. De allí surgió un grupo de matemáticos que luego fueron claros exponentes de la matemática en la Argentina: Antonio Diego, Orlando Villamayor, Carlos Loiseau, María Bruschi, entre otros, que fueron en mayor o menor medida discípulos de Monteiro.
Su espíritu creador, ya destacado, lo llevan a buscar nuevamente medios que permitieran el desarrollo de la Matemática, dando el apoyo necesario y sus sabios consejos. Se crea el 1951 bajo su impulso y el decidido apoyo del entonces Rector Dr. Irineo Fernando Cruz, el "Departamento de Investigaciones Científicas" (DIC) y dentro de él, el Instituto de Matemática, bajo la dirección de Mischa Cotlar. Fue quizá el centro matemático más importante del país en ese momento. Se reunieron allí, además de Monteiro y Cotlar, Eduardo Zarantonello, Dietrich Volker, Rodolfo Ricabarra, Gregorio Klimovsky, Jorge Bosch, Orlando Villamayor, Fausto Toranzos y Oscar Varsavsky entre otros más jóvenes.
La comunidad Matemática le debe sin duda al Dr. Irineo Cruz un homenaje. Monteiro lo recordaba siempre como un hombre progresista.
Desgraciadamente el DIC fue cerrado por razones políticas en 1956, despues del golpe de estado que derrocó a Juan Domingo Perón.
En 1954 se realiza en Villavicencio (Mendoza) el "Segundo Simposio Latinoamericano de Matemática", organizado por la UNESCO. En él presentan trabajos fundamentales Mischa Cotlar, Alberto P. Calderón, Leopoldo Nachbin.
La contribución de Monteiro fue el trabajo "L'Arithmétique des Filtres et les Espaces Topologiques". Al resumir la reunión, Rey Pastor dijo sobre el trabajo de Monteiro: "La ponencia de nuestro querido Monteiro, gran iniciador de la investigación matemática y recatado motor del DIC, es fruto de varios años de trabajo. Puesto que los espacios topológicos generalizan la recta, es decir, el campo real, ocurre preguntar por los entes que en todo espacio topológico generalizan los números enteros investigando sus propiedades aritméticas, es decir, aquellas relaciones entre números naturales que subsisten entre los filtros de un espacio topológico, especialmente de los compactos, preponderantes en la moderna topología a partir de Fréchet. Esta nueva aritmética nos depara interesantes novedades, tal por ejemplo ésta: Condición necesaria y suficiente para que un reticulado (lattice) sea normal, es que cada filtro irreducible sea divisible por un solo ultrafiltro. No cabe desarrollar en pocos minutos el rico caudal de ideas nuevas que nos ofrece esta ponencia; pero debo aludir siquiera a las aportadas por Nachbin, aquí presente, a este campo de investigaciones aritmético-topológicas. En 1955 es coeditor de la "Revista Matemática Cuyana", junto con Cotlar y Zarantonello.
MONTEIRO EN BAHIA BLANCA.
El 6 de Enero de 1956 es creada la Universidad Nacional del Sur, sobre la base del Instituto Tecnológico del Sur. Es invitado por el Profesor Vicente Fatone, primer Rector organizador, a incorporarse a la Universidad para desarrollar tareas de investigación en el Instituto de Matemática y junto con Oscar Varsavsky a diseñar la Licenciatura en Matemática de reciente creación. Dicta el curso de Algebra II, que puede ser considerado como el primer curso serio y moderno de Matemática dado en estas latitudes.
También se incorpora Antonio Diego como profesor y es contratado Rodolfo Ricabarra, sin obligaciones docentes, para terminar de redactar el libro Conjuntos Ordenados y Ramificados, cuya publicación dio origen a la colección Monografías de Matemática. Cabe acotar que esta publicación pionera, obligó a la Imprenta López, de Buenos Aires, a fabricar algunos tipos de los necesarios para la impresión, desconocidos por ese entonces.
Una de sus principales preocupaciones fue la creación de una biblioteca para el Instituto. Este comenzó a funcionar en dos habitaciones facilitadas por el Director del Instituto de Edafología, Dr. Rapoport, gran amigo de Monteiro. Un pizarrón, quince bancos, dos mesas y dos anaqueles metálicos completamente vacíos era el mobiliario. Recuerdo que estando en 1958 cursando Espacios Métricos y Topológicos, llegó durante la clase un camión con el primer envío de libros y revistas.
La clase fue suspendida, y tuvimos por primera vez contacto con revistas de matemática. Entre ellas estaba el Rendiconti del Circolo Matematico di Palermo, desde el tomo I, y en donde aparece uno de los trabajos de Fréchet (Sur quelques points du Calcul Fonctionnel, Vol. XXII, (1906), 1-74).
La Biblioteca del Instituto de Matemática, que hoy lleva merecidamente su nombre, es actualmente una de las mejores de Latinoamérica. Pese a las dificultades económicas por la que atraviesan las universidades y centros de investigación, se ha podido mantener mediante el canje de publicaciones.
Este fue también un aporte original de Monteiro al desarrollo matemático.
La creación de las Monografías de Matemática, las Notas de Algebra y Análisis y las Notas de Lógica Matemática tenían un doble propósito. El primero era la de dar a conocer rápidamente la producción original del lugar, así como cursos y seminarios avanzados. El segundo, y no menos importante el establecer el canje de publicaciones. Actualmente se tiene canje regular con unas cuatrocientas instituciones y se reciben unos 250 títulos de revistas en canje, algunas de ellas de primer nivel.
Entre 1957 y 1964 dirige el Instituto por varios períodos, todos ellos breves. Otra de las características de Monteiro fue la de no ocupar cargos directivos, que le correspondían por jerarquía. Trataba de orientar sus energías en cuestiones generalmente más útiles, como la organización, la investigación y la dirección de sus discípulos.
Invita al Instituto a destacados matemáticos de ese momento. Los primeros en llegar fueron dos profesores de la escuela polaca de lógica: Helena Rasiowa y Roman Sikorski, en 1958. Makoto Itoh y Paulo Ribenboin en 1959, Georges Alexits (Budapest), Jean Porte, Federico Gaeta y Orlando Villamayor en 1960 y Mischa Cotlar y Kiyoshi Iseki, en 1963.
Trató también de impulsar los estudios en Ciencias de la Computación.
Mantuvo para ello estrechos contactos con el Departamento de Ingeniería Eléctrica, que en esos momentos estaba tratando de desarrollar un computador digital. Para ello se contrató a Ernesto García Camarero, español, que había sido alumno de Rey Pastor y una figura destacada en lenguajes de computación. Viajaba desde Buenos Aires, donde también dictaba cursos. Estableció contactos con la Embajada Francesa, y durante varios años llegaron a Bahía Blanca jóvenes de la Cooperación Francesa quienes guiaron los primeros pasos de los interesados en la computación.
En 1968 Monteiro participa del Congreso Panamericano de Matemática, realizado en Buenso Aires, donde presenta un trabajo sobre generadores de reticulados distributivos, que fue elogiado por Garret Birkhoff, presente en el Congreso.
En 1969 con licencia sabática viaja a Europa después de 25 años de ausencia. Visita numerosos centros matemáticos europeos donde es invitado a dictar conferencias. Se encuentra con el profesor G. Moisil en Rumania.
De su visita a Inglaterra, Eduardo Ortiz comenta que en sus caminatas por la casi totalidad de los parques londinenses, haciendo algo que disfrutaba mucho; caminar y conversar, discutían a grandes trazos las situación argentina. Pese, dice Ortiz, a su natural optimismo y a su determinación para el trabajo en lo que creía, pensaba que estaba nadando contra la corriente. Coincidiamos que Argentina estaba perdiendo la posición expectante que habían conseguido con tanto esfuerzo diversas generaciones de científicos argentinos.
A su regreso se acoge a la jubilación. Esto de ninguna manera disminuye su enérgica actividad y entusiasmo contagioso. Es nombrado PROFESOR EMERITO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR, distinción no alcanzada hasta el día de hoy por ningún otro docente o investigador de la Universidad.
En marzo de 1975, invocando la legislación antiterrorrista, uno de los interventores pasajeros de la universidad le prohibió la entrada a la misma. El impacto de esta acción fue extraordinario, comenta E. Ortiz. Y agrega: "todos los que lo conocimos estábamos al tanto de su oposición, durante toda su vida, al régimen de Salazar en Portugal, lo que le valió, al igual que a muchos otros compatriotas el exilio. Esta oposición estaba basada en un profundo sentido de justicia y altos estándares morales, lo que lo condujo a compartir durante toda su vida puntos de vista socialistas. No fue un hombre político, pero su alto sentido del honor le impidió siempre su complacencia con el poder. Es difícil comprender como un país que ha recibido tanto de un científico, pueda comportarse de esta forma irresponsable".
Muchos destacados matemáticos salieron en defensa de Monteiro, entre ellos Alberto P. Calderón quien logra el apoyo del Instituto Argentino de Matemática por un corto período. Luego pasó momentos ecónomicos difíciles.
En 1977, invitado por el Instituto Nacional de Investigación Científica de Lisboa, visita por segunda vez Portugal. Ocupa un puesto de Investigador creado especialmente para él, a solicitud de un gran número de profesores de Lisboa, Coimbra y Oporto. En el Centro de Matemática y Aplicaciones Fundamentales de la Universidad de Lisboa, abrió una linea de investigación en Algebra de la Lógica y efectuó una serie de exposiciones sobre sus últimos trabajos. Durante los dos años que duró su estadía su actividad fue muy fecunda, no sólo por el desarrollo de sus propias investigaciones, sino también por la orientación dada a jóvenes matemáticos que se iniciaron en su especialidad y cuyas tesis coronaron este trabajo. También dictó conferencias en la Universidad de Oporto.
En 1978 redactó una memoria "Sobre las Algebras de Heyting Simétricas", que reunía los resultados de sus investigaciones, y la que le valió el premio Gulbenkian de Ciencia y Tecnología de ese año. Fue publicada en Portugaliae Math. Vol. 39, (1980), 1-237.
De regreso a Bahía Blanca, falleció el 29 de octubre de 1980.
Bibliografía:
1) Actas del Primer Congreso de Matemática "Dr. Antonio Monteiro", Bahía Blanca, 1991.
2) Brignole, D., Prof. Dr. Antonio Aniceto Ribeiro Monteiro, Revista de la Unión Matemática Argentina 30 (1981), 65-67.
3) Cignoli, R., Antonio Monteiro, 1907-1980. Revista Colombiana de Matemática, 19 (1985), 1-8.
4) Ribeiro, H., Actuacion de Antonio Aniceto Monteiro en Lisboa entre 1939 y 1942. Portugaliae Math. 39 (1980), fasc. 1-4, V-VII.
5) Gomes, R. L., Neves Real, L., Antonio Aniceto Monteiro E.O.C.E.M. de Oporto (1941/1944). Portugaliae Math. 39 (1980), fasc. 1-4, IX-XIV.
6) Nachbin, L., The influence of Antonio A. Ribeiro Monteiro in the development of Mathematics in Brazil. Portugaliae Math. 39 (1980), fasc. 1-4, XV-XVII.
7) Ortiz, E. L., Professor Antonio Monteiro and contemporary mathematics in Argentina. Portugaliae Math. 39 (1980), fasc. 1-4, XIX-XXXII.
8) Pereira Gomes, A., El regreso de Antonio Monteiro a Portugal de 1977 a 1979. Portugaliae Math. 39 (1980), fasc. 1-4, XXXIII-XXXVIII.
Este artigo foi retirado de ANTONIO A. MONTEIRO (31/05/1907-29/10/80)
Ver também a página 19 das CONFERENCIAS UMA 2000
***
[Agradeço ao Prof. Edgardo Stacco a autorização que deu para publicar este texto e o texto sobre Ruy Luís Gomes]

Monday, July 18, 2005

Tipografia Matemática


















Ruy Luís Gomes foi co-fundador da Tipografia Matemática localizada na Rua Almirante Barroso, 30, r/c, em Lisboa. Em Novembro de 1945 sai o primeiro número da Gazeta de Matemática (o nº 26) com a menção de que foi composto na Tipografia Matemática.
No edifício, há agora um Bar ("Pub") e no nº 30 há uma porta de alumínio (a da esquerda).

"O verdadeiro poeta era ele" - um texto de José Gomes Ferreira sobre Bento de Jesus Caraça





















JOSÉ GOMES FERREIRA:

“O verdadeiro poeta era ele”

O adjectivo fascinante, embora já com o brilho muito gasto de tanto uso desatento, ainda me parece ser o mais próprio para definir a personalidade de Bento Caraça.
Camponês mal escondido no quotidiano da cidade, lábios estreitos para tornar as palavras voluntárias, sempre que encontrava alguém de quem gostava, lançava para o mundo a ponte do seu sorriso inteligente - e saudava-me:
- Olá, poeta!
Entre nós havia esse pacto de convívio. Ambos representávamos - actores provisórios do Eterno Diálogo das duas linguagens, tão desiguais por fora, mas afinal tão misteriosamente enlaçadas: a matemática e a poesia.
Eu simulava o poeta anarquista, refilão, desordeiro, imprecador. Ele, o homem que se fingia pasmado com a minha fantasia à solta.
Para isso bastava-me repetir as brincadeiras do costume, algumas - vamos lá - bem pouco originais. Descrevia-lhe, com pormenores de ocasião, as minhas invenções mais recentes: a máquina de fabricar angústia, as bigornas de prata irreal onde se forjavam estrelas para substituir as que iam secando no céu, os Altos Fornos de fundir coisa nenhuma…
- Oh! este poeta! Este poeta!
E ria, feliz por haver imaginação no mundo, arte, música, poetas desordenadores da vida parva…
Mas quando nos separávamos - coisa curiosa - eu sentia que o verdadeiro poeta era ele. Aquele homem superior onde sempre encontrei apenas um único desejo de missão: o de viver como se cumprisse um acto poético.
E cumpriu.

(publicado na Seara Nova)

A luta contra a guerra (Bento de Jesus Caraça)


A LUTA CONTRA A GUERRA


Um semanário francês publicava, há alguns meses, um desenho que, em síntese feliz, ilustrava o panorama político de então: na clínica do Doutor S. D. N. um doente - o mundo - é examinado pelo médico; este olha com terror para a língua do paciente, uma enorme língua entumescida sobre a qual se vê um canhão, e aconselha os comparsas da clínica que se comprimem à porta - não se aproximem! a língua está carregada!
De então para cá, a situação não se tem alterado nas suas linhas fundamentais, antes estas se têm demarcado com maior intensidade - o doente continua padecendo do mesmo mal, dia a dia agravado, e da boca do médico não mais têm saído do que débeis conselhos gaguejados: cuidado! a língua está carregada! - confissão clara da sua impotência para curar.
Catorze anos após o termo desse acesso de loucura que precipitou a humanidade num abismo de horror, encontramo-nos novamente na iminência de um acesso maior, estamos à beira de um abismo mais fundo. E para esse abismo rolaremos todos se, num esforço colectivo, não nos unirmos para dizer - NÃO! mas dizer - NÃO! com uma vontade firme, aquela vontade do homem forte e consciente que de antemão prevê as consequências e de antemão as aceita em toda a sua extensão e em toda a sua inteireza.
O tomar essa atitude exige, antes de mais nada, um sério trabalho interior, um trabalho de revisão de ideias e de valores morais. E não é sem esforço e sem sofrimento que esse árduo trabalho pode ser levado ao fim; pelo caminho, e por efeito de uma análise impiedosa de todos os factores do problema, aparecerão como devendo ser abandonadas muitas ilusões, muitas ideias que até aí pareceriam fazer parte integrante do nosso ser moral. Pois bem! Que haja a coragem de as abandonar e se ao cabo aparecermos outros homens - tanto melhor!
Mas é só depois de conseguida essa harmonia interior sem a qual é ilusória e inconsistente toda a tentativa de acção, que pode ser útil e profícua a projecção da vontade sobre o meio ambiente. Actuar, sim, mas com um plano; nada de esgrimir contra moinhos; alcançar os pontos de enraizamento do mal; abandonar o trapo vermelho para atingir a mão que o manobra.
Só assim a multidão dos pacifistas deixará de ser, na frase justa de Einstein, um rebanho de carneiros lamurientos num redil. E só assim esse rebanho deixará em breve de fornecer abundante carne para os canhões, esses canhões de cujo fabrico e venda as organizações capitalistas internacionais sabem tirar, com que mestria!, os grossos lucros que lhes avolumam a bolsa.
A luta contra a guerra comporta muitos e variados problemas de ordem prática; é impossível, num artigo de jornal, fazer deles sequer uma enumeração, mesmo incompleta.
Quero apenas referir-me, por agora, a um aspecto da questão - o papel que nessa luta desempenham, ou virão a desempenhar, os intelectuais.
Não é brilhante, está mesmo extremamente longe disso, a sua folha de serviços nesse particular. O exemplo da última guerra é, a esse respeito, esmagador. Salvo um pequeno número de espíritos livres e independentes - Romain Rolland acima de todos - o seu fracasso foi completo. Em vez de lançarem na balança todo o peso do seu prestígio para procurarem evitar o desencadeamento da catástrofe e pôr ordem num caos de loucura, usaram desse mesmo prestígio para activar a fogueira, para aumentar a desordem. Onde deviam elevar-se, aviltaram-se, ao desempenho de uma missão nobre e humana preferiram a traição.
Está, ao menos, a situação mudada no presente? Vêem-se, porventura, sinais claros e precisos de um propósito de resgatar um passado escuro? A verdade deve dizer-se, sempre e acima de tudo, e a verdade é - não! Existem, sem dúvida, núcleos apreciáveis de homens firmes, de “homens de boa vontade” que, na luta contra a guerra, põem o melhor da sua inteligência e da sua actividade - o recente congresso de Amsterdam é disso uma prova bem patente - mas, infelizmente, a maioria, a grande maioria dos intelectuais apresta-se para uma nova renegação do espírito. Se uma guerra estalar, e nunca estivemos tão perto dela, veremos de novo surgir, por esse mundo, milhares de fáceis heróis de escrevaninha, a bolsar as mesmas torrentes de mentiras que levem à frente da batalha - os outros… e lhes assegurem a eles cómodas situações à retaguarda.
O mundo está, como estava em 1914, governado por homens inferiores, caricaturas de homens, e o que eles governam não é uma sociedade humana - é uma caricatura de sociedade humana.
E será assim, enquanto homens novos não tomarem a direcção do mundo para fazer dele uma sociedade de homens livres.

Que todos se apercebam bem disto - no momento que passa, a trincheira da luta pela Humanidade é a trincheira da luta contra a guerra. É a hora de falar claro e de cada um escolher a sua posição.
A minha está escolhida há muito tempo.


Bento de Jesus Caraça. Artigo publicado no semanário Liberdade nº 181-182, de 11 de Novembro de 1932.

Sunday, July 17, 2005

RECORDANDO A DON RUY LUIS GOMES, por Edgardo Luis Fernández Stacco


Tuve conocimiento de la existencia de don Ruy, a través del Dr. Antonio Monteiro, su gran amigo. El Dr. Monteiro había llegado a la Argentina en 1949 desde Brasil contratado por la Universidad de Cuyo. Monteiro, extraordinario matemático y militante activo contra la dictadura de Salazar, debió exiliarse, ya que nunca pudo conseguir un trabajo en las universidades portuguesas.

Luego de una estancia en San Juan, se incorporó a la reciente creada Universidad Nacional del Sur, a mediados del año 1957. Fue contratado para organizar el Instituto de Matemática y la Licenciatura en Matemática, como investigador en el Instituto. Monteiro acostumbraba a conversar con los alumnos durante los descansos de las clases, en el primer curso que tomamos con él, de Algebra II. Durante esas pláticas, nos hablaba de la situación educativa y política de su querido Portugal, y de las dificultades que tenían muchos docentes para ejercer la cátedra universitaria, y de las persecuciones a muchos de ellos. Tuvimos entonces las primeras noticias de don Ruy, que creo recordar que en esos momentos estaba detenido.

Transitaba la Argentina los primeros pasos de un gobierno militar, pero en las Universidades se vivía un buen momento, renaciendo instituciones, que habían estado postradas y que languidecieron durante el peronismo. Fue así que, en mi carácter de Presidente del Centro de Estudiantes me interesé por la suerte de don Ruy. Monteiro me manifestó que una vez liberado, tenía intenciones de invitarlo a Bahía Blanca.

Nosotros necesitábamos imperiosamente profesores de jerarquía y fue así que iniciamos de inmediato los trámites para su contratación, la que fue aprobada de inmediato. Los estudiantes teníamos bastante influencia en las decisiones, debido al importante papel jugado por el movimiento estudiantil en el logro de la universidad para Bahía Blanca.

De inmediato la Universidad se dirigió por telegrama ofreciéndole el puesto, como una forma de presionar a las autoridades portuguesas a dejarlo salir del país. Finalmente llegó a la Argentina a mediados del mes de setiembre de 1958. El curso que iba a dictar era el primero de Funciones Reales. En nuestro hemisferio, las clases del segundo semestre comienzan en el mes de agosto, por lo que había urgencia en comenzar el dictado del curso. Acordamos la primera clase para el 21 de setiembre, día de la primavera y también del estudiante. Mientras nuestros compañeros se reunían en el parque cercano, nosotros tomábamos el primer contacto con las que con el tiempo resultarían famosas "vizinhanças do ponto a". La proximidad de ambas lenguas, el portugués y el español, hace que modificando un poco el propio lenguaje, nos podamos entender. Así, decía Monteiro, se termina hablando el portuñol.

Don Ruy era generoso al máximo y si alguien no entendía alguna explicación, repetía el tema varias veces , cambiando siempre el punto de vista, lo que le resultaba fácil debido a su erudicción y conocimientos de análisis. Publicamos sus notas de Funciones Reales. Me entregaba los notas en portugués y las pasaba en castellano a máquina, para su posterior impresión. En ese momento, no teníamos todavía ningún libro en la biblioteca. También se publicaron las notas de Distribuciones, que dictó como curso de Análisis V. Dictó además Análisis Funcional y varios seminarios. Vivía don Ruy, junto a su esposa Margarita, en una de las casas del denominado Barrio Universitario, junto a otros profesores que recientemente se habían incorporado a la Universidad. Los domingos por la tarde jugábamos al croquet, del que participaban don Ruy, Monteiro, Diego, que ya era profesor y alumno de Monteiro, y varios jóvenes alumnos, entre los que me encontraba. Luego tomábamos el té y había gran confraternidad. Don Ruy aprendió a andar en bicicleta y con su enorme portafolio, lleno de libros y papeles, se trasladaba diariamente hasta el centro de la ciudad, en donde en esos momentos estaba el Instituto de Matemática. Desgraciadamente, una mañana fue atropellado por un vehículo, lesionándose gravemente, con fractura expuesta de rodilla. Trasladado a una clínica, debía ser operado. Al respecto, hay una anécdota risueña. El traumatólogo de la clínica no nos inspiraba mucha confianza debido a sus antecedentes. Le comentamos la situación al Dr. Monteiro. Este se dirigió al Director de la Clínica, junto con algunos alumnos y le planteó la cuestión en los siguientes términos: los estudiantes se oponen a que el Dr. XX, lo intervenga quirúrgicamente. El Director no opuso reparos, y fue operado por el entonces considerado mejor traumatólogo de la ciudad. La recuperación de don Ruy fue larga. En su habitación fue colocado un pizarrón, y continuamos dos veces por semana un seminario. Estudiábamos, por indicación de Monteiro, el famoso trabajo de Gelfand "Normed Rings", que había aparecido en los Translations de la AMS del ruso. Participaban en el seminario, además de don Ruy, Monteiro, el Dr. Diego, y los alumnos Darío Picco, Roberto Cignoli, Luiz Monteiro (hijo de don Antonio) y Edgardo L. Fernández Stacco. Otra anécdota que recuerdo tuvo lugar en 1960, durante la visita a nuestro Instituto del renombrado matemático francés Jean Dieudonné. Dieudonné, había comentado en el Mathematical Reviews el libro de don Ruy "Integral de Riemann", de 1949. Era conocida la posición intransigente de Dieudonné, que decía que después de conocida la integral de Lebesgue, no tenía sentido enseñar la de Riemann. En el comentario citado, reconoce una buena exposición, pero manifiesta que es inútil insistir en el tema. Conociendo esta circunstancia, colocamos a la entrada del Instituto un pizarrón, con la inscripción en francés: Dr. Dieudonné: en este Instituto jamás se ha enseñado la integral de Riemann! Dieudonné se echó a reir estentóreamente, ya que recordó de inmediato el comentario, que había hecho diez años antes, y comenzó a discutir nuevamente, en términos muy cordiales con don Ruy, la pertenencia o no de estudiar la integral de Riemann. Creemos, con don Ruy, que es necesaria su mención, ya que es un hito histórico importante y conviene, en los cursos básicos, utilizar un poco de la Historia de la Matemática para motivar a los alumnos el estudio de ciertos temas. Comencé también un seminario, para el doctorado, en el que era el único alumno, y estudiamos los libros de Bourbaki de Integración. Lamentablemente, doña Margarita nunca terminó de adaptarse al clima de Bahía Blanca, y fue así que don Ruy aceptó una invitación para incorporarse a la Universidad de Pernambuco, en donde estaba su amigo Zaluar Nunes y alumnos ya consagrados como Pereira Gomes y José Morgado. Partió de Bahía Blanca en 1962 hacia Recife. En Julio de 1964, al regreso de un viaje de estudios a Hungría, pude visitarlo en Recife, donde nuevamente pasé excelentes momentos con el viejo maestro. Pude apreciar el respeto y admiración con que era tratado por colegas y alumnos.

Don Ruy trascendió mucho más allá de lo que se espera de un buen académico. Fue lo que se reconoce como un verdadero maestro. Su modestia proverbial, sus profundos conocimientos, su generosidad sin límites para guiar a sus discípulos, sus oportunos consejos, conformaron en él una personalidad inolvidable. Pero además lo preocupaba el destino de la humanidad. Era un político de raza, profundamente democrático y enemigo jurado de todo tipo de autoritarismo. Conocedor profundo del marxismo, nos contaba con modestia de sus luchas por la democratización de Portugal, de sus numerosas detenciones, las duras condiciones de las mismas. La temida policía del estado, la PIDE, perseguía a los luchadores, los que eran encarcelados siempre con los presos comunes, para tratar de minar su voluntad y su autoestima, algo que nunca pudieron lograr. Don Ruy se ponía enseguida a organizarlos, se ganaba de inmediato el respeto de los presos, y comenzaban a realizar planteos para mejorar las condiciones de detención.

De Salazar y sus esbirros afortunadamente hoy no quedan ni rastros. Sin embargo, surge la figura de don Ruy, en la memoria de todos los que lo conocimos y de aquellos que sin haber tenido el privilegio de tratarlo, han aprendido de sus libros y de sus enseñanzas. Queda mucha obra escrita, pero queda también algo mejor; el ejemplo de un hombre cabal, que luchó para que en su patria reinara la justicia y la libertad. Afortunadamente, pudo ver coronada su obra, y recibió en vida el reconocimiento de sus conciudadanos.

La matemática argentina y, en particular los que fuimos sus alumnos y amigos, tenemos con don Ruy una deuda de eterna gratitud.

Bahía Blanca, setiembre de 2003
efernand@uns.edu.ar
[Texto gentilmente cedido pelo Professor Luiz Monteiro]

Saturday, July 16, 2005

Ruy Luís Gomes










5 de Dezembro de 1905 - 27 de Outubro de 1984


















Aqui se dá início à publicação de um conjunto de documentos (textos, fotografias, etc.) assinalando o centenário do nascimento de Ruy Luís Gomes. Falar-se-á da sua vida científica e da sua vida política. Personalidades, episódios, organizações, cartas, percursos, serão aqui retratadas, narrados, descritas, transcritas, percorridos. Toda a correspondência pode ser dirigida para rezende@cii.fc.ul.pt